“El mayor cumplido que jamás he recibido fue cuando alguien me preguntó lo que pensaba…y presto atención a mi respuesta.”
HERNRY DAVID THOREAU
Mejora tus relaciones
La escucha atenta es una de las habilidades sociales más importantes para mejorar nuestras relaciones en cualquier ámbito de nuestra vida. Representa ante todo prestar atención y concentrarse en aquello que se escucha.
La escucha con atención plena consiste en escuchar, sin interrumpir con preguntas, ni comentarios y siendo consciente también de las propias respuestas. En definitiva estar más presentes en el momento de la comunicación.
Pensarás que esto no va contigo, que tú sí que escuchas.
Reflexiona sobre estas frases:
“A veces mi cuerpo hace que oye, pero mi mente está en otro lugar. Pienso que ya sé lo que la otra persona me va a decir. Estoy juzgando al que me habla y buscando razones para rebatirle. Quiero demostrar que tengo razón a toda costa. Me encanta corregir al otro cuando veo que ha cometido algún error. Salgo inmediatamente en mi defensa, al sentirme atacado.”
¿Te suena de algo? ¿Lo has vivido o sufrido de alguna forma?
Muchas veces es el ruido de nuestra propia cabeza la principal distracción que impide que nuestra mente preste una atención plena. Nos perdemos algo de lo que se dice, porque, aunque estemos sentados delante de alguien y mirándole directamente a los ojos, nuestra atención se ha ido a otra parte. No escuchamos a los demás y, en muchas ocasiones, ni siquiera nos escuchamos a nosotros mismos.
Resulta difícil, cuando estamos pensando en lo que vamos a decir, preocupados por esbozar un comentario o formular una pregunta. Todo ese ruido interior te impide escuchar.
En cambio, si permaneces en la escucha y, en el momento en que tu mente se queda atrapada en el ruido, rediriges tu atención a ese momento, podrás escuchar con plena atención.
Imagina la mejora de eficacia que supondría estar atentos durante todos los encuentros en los que participamos. Imagina la mejora en la calidad de esos encuentros si nos tomásemos el tiempo necesario para escuchar y hablar sinceramente.
LA PRÁCTICA
ESCUCHA CON PLENA ATENCIÓN Y SIN JUZGAR
Prueba este método de comunicación atenta. Se trata de un proceso de cuatro pasos que, una vez que integres la práctica, pueden tener lugar en cuestión de segundos.
- La pausa, te permite conectar contigo mismo. Y para asentarte en el presente y comunicarte con todo tu ser, es decir, con tu mente, con tu corazón y con tu cuerpo. Puedes llevar tu atención a las sensaciones asociadas a la respiración o la sensación de apoyo de la planta de los pies en el suelo.
- Ábrete a lo que realmente hay, en lugar de hacerlo a lo que imaginas, supones o esperas que haya. Un paso que, por más sencillo que pueda parecer, es el más difícil. Uno va a cada encuentro con la mochila de sus experiencias vitales, de modo que, a menudo, tiñe lo que ocurre con sus expectativas, lo que impide la escucha de lo que realmente se dice.
- Escucha activamente, y dirige de nuevo tu atención cada vez que te distraigas. Y esto también implica escuchar tus sensaciones y pensamientos, que emergen cuando escuchamos a los demás. Se necesita una atención plena que nos permita escuchar lo que los demás nos transmiten, con palabras, y con su postura corporal, gestos, emociones y toda la riqueza, en suma, de una relación.
- Expresar tu opinión sincera, con la clara intención de no dañar al otro.
LA REFLEXIÓN
Como consecuencia de las habilidades que vas desarrollando con la práctica del mindfulness, aprendes a escucharte mejor a ti mismo (conectar con tus necesidades) y desarrollas una mayor capacidad de escucha activa y empatía con los demás.
La escucha activa se produce cuando estás realmente escuchando lo que la otra persona te está diciendo en lugar de estar pensando en tu respuesta o distraído en otras cosas. Eso mejora la comunicación de una manera espectacular, ya que no son dos personas monologando, sino dos personas dialogando.
Escuchar no significa estar de acuerdo en todo con el otro. Solo tomamos nota de lo que nos quiere decir. Esto nos abre la mente y nos predispone a la escucha y la búsqueda de acuerdos en lo que ambos ganan. ¡Win-Win!
También mejora la empatía y las relaciones personales, sociales y laborales. Esto implica satisfacción, confianza, sentirse valorado.
De hecho, la mejor forma de motivar a una persona es escucharla.
Si te prestan atención y te sientes escuchado plenamente, automáticamente mejora tu autoestima y confianza.
Cuanto más escuches, más serás escuchado. Escuchar y actuar con calma, aplaca la ira en momentos complicados.
Cuanta más información, menos malentendidos. Entrena tu mente a estar presente y notarás la diferencia.